lunes, 8 de marzo de 2010 | | 2 comentarios

UNA POLITICA DE ESTADO

El gobierno venezolano ha desarrollado en los últimos 11 años una política de estado de "mínima intervención" en materia de seguridad. 

Desde hace varios años, el gobierno no da cifras globales de violencia pero según datos extraoficiales, en 2009 fueron asesinadas 16.047 personas en el país frente a las 14.800 de 2008 y las 4.500 de 1998.
Sólo en la capital venezolana se registraron el año pasado 140 homicidios por cada 100.000 habitantes, frente a los 18 por cada 100.000 habitantes de Bogotá.

Según el Observatorio Venezolano de Violencia, en los últimos tres años habrían quedado sin castigo más del 91% de los asesinatos. Mientras que en 1998 se arrestaron a 5.017 personas en relación con 4.500 homicidios, en 2009 se detuvieron a 1.491 personas para más de 16.000 homicidios.


Si elaboramos un gráfico con esta información para visualizar el nivel de impunidad que existe actualmente en Venezuela, tendremos los siguiente:

HOMICIDIOS VS. DETENCIONES
Fuente: Cifras del Observatorio Venezolano de Violencia.
Elaboración propia
Sin embargo, es en los últimos meses, después de 11 años cuando el gobierno ha iniciado su lucha contra la inseguridad, mediante la presencia de las fuerzas de seguridad y la creación de la policía nacional. Recientemente, el propio presidente, quien evitó referirse a la violencia durante mucho tiempo, reconoció incluso que era "una amenaza para la revolución bolivariana" pero ha sido un década de desidia y abandono en materia de seguridad. Ahora el problema es mayor.

Para Luis Vicente León, responsable de la consultora Datanálisis, la inseguridad, sumada a la crisis eléctrica que atraviesa el país, la inflación y el desabastecimiento, han contribuido a mermar en los últimos meses la popularidad de Chávez, que por primera vez en años estaría por debajo del 50%. "La inseguridad no se conecta tan directamente a Chávez como ocurre en el tema eléctrico, donde el costo político es directo y pleno, pero este blindaje no va a durar mucho tiempo", advirtió. "Sin embargo, muchos venezolanos consideran que el problema de la violencia no se puede resolver y eso hace que el costo de la inacción gubernamental sea menor, mientras que otros problemas, como la crisis eléctrica, generan expectativas de solución superiores", concluyó.